En un fallo reciente dictado por la Cámara Penal de Dolores, se confirmó la prisión preventiva dictada a una vecina de la ciudad de Castelli por presuntamente explotar económicamente el ejercicio de la prostitución de su hija menor.

La causa tramita ante el Juzgado de Garantías nº 1 Departamental, cuya titular convirtió en prisión preventiva la detención que venía sufriendo esta mujer, al considerarla “prima facie” autora de “lesiones leves calificadas por el vínculo” y “promoción y facilitación de la restitución agravado por la minoría de edad de la víctima”.

Dicha resolución fue apelada ante la Cámara por el Defensor Oficial que asiste a la procesada, quien sostuvo que los elementos colectados en la investigación no alcanzaban para fundar la medida coercitiva decretada, máxime cuando no existía peligro de fuga o de entorpecimiento procesal realmente acreditado.

Los Jueces de Cámara Dres. Susana Miriam Yaltone  y Fernando Sotelo, al confirmar la prisión preventiva dictada indicaron:

Hecho I: el 26 de octubre de 2017 en el interior de una vivienda de la ciudad de Castelli, una mujer previa de insultar a su hija menor (15 años) y llevarla tomada del cabello al interior de la habitación, le propinó cachetadas en la cara y golpes de puño en la espalda, ocasionando que golpeara su brazo con el filo de la ventana y se produjeran excoriaciones en el mismo.

En las actuaciones judiciales se detalla el maltrato que la menor sufría de parte de su madre, lo que también ocurría con otro menor, a quien según un testigo “en una oportunidad (…) le quebró en cuatro un palo de escobillón en la espalda…”. “Nos pegaba con lo que tuviera cerca” resaltó la víctima, quien agregó: “no nos daba de comer, teníamos que salir a ‘trabajar’ para conseguir comida”, pese a que el padre les pasaba dinero y cobraban un  beneficio del ANSES. También resaltó, “si bien cobraba la cuota alimentaria de nosotros, no comíamos, se compraba una pava eléctrica, teléfono…”.

Hecho II: entre el año 2016 y el 2017, la misma mujer y otro vecino de esa ciudad promovieron y facilitaron la prostitución de esa menor contactándola telefónicamente con hombres, a los que era entregada para mantener relaciones sexuales a cambio de dinero. Esos encuentros sexuales se realizaban principalmente los sábados y domingos, cuando la menor era llevada en vehículos particulares por los supuestos clientes, tanto para mantener relaciones sexuales dentro del rodado, en domicilios o en un hotel alojamiento ubicado en la Autovía.

Respecto de este hecho, la víctima manifestó que su mamá le decía que saliera con tipos mayores –de más de 40 años-, así traía plata para que comieran sus hermanitos. Que eso había comenzado cuando ella tenía 14 años, que quien la contactaba con esos hombres era su mamá, que le pagaban entre 500 y 1.000 pesos, dinero que debía entregárselo a su progenitora.

La menor al declarar dio muchísimos detalles de las circunstancias que le tocó vivir, habló de una persona que concurría a su casa –involucrada en el caso-, dio algunos nombres (apodos) de clientes y los lugares dónde la llevaban para tener sexo.

Particularmente dijo que su madre no trabajaba, “le gusta ser mantenida” resaltó, aunque sin dudas de todos los testimonios lo que más marca el grado de vulnerabilidad que afectaba a la víctima, fue cuando manifestó: “yo llevaba profilácticos, pero los hombres no los querían usar”. “Me ha hecho abortar dos o tres veces” aseveró.

Por su parte una testigo refirió que la menor había quedado “embarazada en dos oportunidades, debiendo mantener igual relaciones sexuales” con los clientes, porque si no la madre le pegaba.

Finalmente es de consignar que del informe victimológico surge en esta increíble y escabrosa historia un detalle sobre la imputada. Según las hijas la mayor preocupación de la mujer “sería acceder a un sostén económico, sin demasiado esfuerzo…”.

 Fuente compromisodigital