
“Pascua” significa paso, dar un paso, pasar.
El pueblo judío celebra su pascua o “pesaj” el paso de ser un pueblo sometido a ser un pueblo libre.
Jesús vivió su propia pascua: pasar de la muerte a la plenitud de la vida en la resurrección.
Cada uno de nosotros estamos invitados, en forma personal y comunitaria, a dar un nuevo paso, a vivir nuestra propia pascua. Dando un paso en cualquier aspecto de nuestra vida vivimos nuestra pascua.
Renovamos, en nuestra propia vida, la pascua del Señor. Cuando no nos animamos quedamos estancados, no nos permitimos avanzar o crecer ¿en qué va a consistir este año mi pascua? ¿qué paso vamos a dar?
La realidad nos golpea, basta con abrir el diario y pasar la mirada por los titulares para tener la sensación de que la Argentina es un país sin destino y sin futuro: Inflación, despidos, ayuda social de emergencia, pobreza, préstamos del Fondo… Y cada uno de ustedes podrían agregar unos cuántos más. Es claro que los desalientos económicos tienen gran influencia en la vida cotidiana: Los jóvenes que no consiguen su primer trabajo, los grandes que lo pierden, la plata que no alcanza… Cada vez que me junto con gente estos son los temas recurrentes. Observo una gran falta de esperanza, una desilusión profunda con el presente.
Lo de los jóvenes es curioso: muchos ya no ven televisión, ni canales de noticias. Tampoco portales que los informen de la cruda realidad. En Instagram ven las noticias de sus amigos y se divierten con las personas a las que siguen, mirando sus contenidos que muchas veces ridiculizan la realidad para hacer reír. Les dejamos tan poco futuro que han decidido vivir el momento presente. Otros medican su estado de ánimo con la droga o el alcohol. A ellos la realidad les duele y les provoca un sinsentido.
Así las cosas, los invito a vivir esta pascua renovando nuestra esperanza y nuestra confianza: Dios nunca abandona a sus hijos. Siempre tenemos posibilidades de resurgir, cambiar y renovarnos. La esperanza puesta en Dios nos ayuda a perseverar y darle sentido a esta lucha por salir adelante.
Sin ir más lejos, en nuestra ciudad, son muchos los que buscan comprometerse con la realidad, quizás no para cambiar el mundo, pero si algunas cosas que están a nuestro alcance y hacerlas un poco mejor, con esfuerzo y generosidad: los Clubes, Asociaciones, Hogares, Colegios, Parroquia, comunidades Evangélicas, Cooperativas, el Estado Municipal que ha logrado avances significativos en la inclusión y promoción social. Todos esfuerzos válidos, en medio de un contexto hostil. Desde nuestro humilde lugar podemos seguir dando “pasos”, actualizando así, la “pascua” del Señor, remando desde la solidaridad. Estamos llamados a poner al servicio del hermano lo mejor de nuestros esfuerzos. Sería bueno no bajar los brazos para que nuestra pascua, todos los años, valga la pena.
¡Que tengan todos una linda Pascua de Resurrección!
- Damián
Párroco Santa Rosa de Lima-Castelli-