
Por: Padre Damian Fredes Maruri Cura Párroco- Castelli-
Querida comunidad:
Pese a las dificultades de todos los días y a la coyuntura social, la Navidad sigue siendo una invitación a tener una mirada serena y esperanzada ante la vida. Y a celebrarla compartiendo con quienes nos rodean, con nuestros afectos.
La palabra “navidad” significa natividad, nacimiento. Celebramos el nacimiento de Jesús. La navidad es fiesta y celebración porque nace el Señor, no en la historia del tiempo, sino en el corazón de cada uno de nosotros, en la historia de nuestra vida personal.
Es importante volver a recordar qué es la Navidad, qué es lo que festejamos, porque -aunque parezca una obviedad- la sociedad de consumo se ha encargado de borrar del mapa al protagonista de la fiesta: Jesús. Los pesebres casi no se arman y el universo de adornos navideños y lucecitas de colores ocultan su sentido religioso. Se acercan las “fiestas”, dice la gente, mientras muchos se deprimen, porque estas fechas les traen nostalgia, tristeza por la ausencia y el recuerdo de algún ser querido que ya no está. Más que una “fiesta” es una ocasión para esperar que pase cuanto antes, por eso creo que debemos recuperar el verdadero sentido de esta celebración. La Navidad es una fiesta porque Dios decidió romper su rutina, salirse de la eternidad y meterse en el tiempo de los hombres. En nuestros tiempos. En mis tiempos.
Como siempre cuando se acerca la Navidad y el final del año, solemos hacer un balance, mirar para atrás y evaluar nuestros logros y fracasos. Es bueno hacer esta suerte de examen personal porque nos permite bajarnos del acelerado tren en el que estamos para mirar la vida con otra perspectiva y con otra trascendencia. Seguramente lo primero que aparecerá será lo malo, lo que padecimos, lo complicado que fue vivir en nuestro querido país. Sin embargo, el Niño que está por venir en Navidad nos invita a tener una mirada positiva y agradecida. Haciendo mi propia evaluación, diría que cuando miro mi historia personal, puedo ahogarme en el mar de las dificultades. Pero la fe me invita -frente a la pobreza de mis recursos humanos- a experimentar en cada navidad, que la luz del recién nacido puede iluminar cualquier oscuridad, transformando nuestra realidad en una oportunidad para seguir creciendo.
“Navidad” es Jesús. ¡Feliz navidad a toda la comunidad!